En diciembre de 2019, el Ayuntamiento de Caldes de Montbui decidió promover un edificio de vivienda de dotación para jóvenes con la ambición de convertirse en una obra pública emblemática por su capacidad de innovación en términos sociales y medioambientales. Esta prueba piloto explorará cuatro desafíos principales: la construcción sostenible, la redistribución de oportunidades, la coproducción participativa y la difusión de código abierto de todos los conocimientos recopilados por la experiencia. El consistorio asignará a tal efecto una parcela de titularidad municipal, con una superficie de 300 m2 y con la cualificación urbanística de equipamiento. Se trata de una parcela con tres frentes de calle, situada en el barrio de Camp de L’arpa. Al norte, la parcela cubre la calle de Granollers, donde se prevé el acceso principal. Al oeste, la fachada más larga del edificio estará abierta a una zona verde dedicada al titiritero de Montbui Romá Martí. Al mediodía, la propiedad estará relacionada con la calle Manolo Hugué a través de un espacio polivalente y un jardín comunitario, ambos abiertos al barrio.
El edificio propuesto forma parte de la estrategia ATRI (alojamiento temporal de repoblación inclusiva), impulsada por un grupo interdisciplinario de urbanistas, juristas, arquitectos y economistas que se implementa, al mismo tiempo, en ciudades como Barcelona o Nueva York. Consiste en proporcionar vivienda asequible en los barrios céntricos, caminables y equipados de las ciudades donde los precios del mercado inmobiliario excluyen partes importantes de la población, por ejemplo, los jóvenes. La estrategia apuesta por la innovación constructiva mediante sistemas de prefabricación modular más rápidos, económicos y sostenibles que las promociones convencionales de hormigón, un material altamente contaminante. La primera materialización física de la estrategia tuvo lugar en 2019 con un edificio construido con contenedores marítimos reciclados con el fin de albergar a los vecinos desalojados del barrio gótico de Barcelona. Los autores de este edificio, finalista en los premios FAD de Arquitectura, son también autores del proyecto de Caldes, aunque, en este caso, el resultado final será el resultado de un proceso participativo abierto a los jóvenes del lugar. Se trata de Straddle3, un estudio con amplia experiencia en arquitectura participativa — y Eulia Arkitektura —arquitectos especializados en innovación constructiva y estructural —, asesorados por Societat Orgànica — una cooperativa pionera en sostenibilidad y eficiencia energética —.